viernes, 17 de octubre de 2008

DEONTOLOGIA-REFLEXION-RED

Cuando mi muy estimado amigo Jesús Company, me informó de la génesis y nacimiento de una nueva red de escuelas, me dio una gran alegría, al tiempo sentía pena que no sea motivo de noticia en los medios de comunicación su creación.

ES UNA NOTICIA EXCELENTE- PORQUE HAY EXCELENCIA EN LOS PROMOTORES

Me pidió una aportación y con humildad, abierto a la crítica, aporto en forma de pequeño artículo, unas reflexiones sobre estos procesos.

DEONTOLOGIA PROFESIONAL / REFLEXIÓN COLECTIVA / REDES COLABORATIVAS
La educación como servicio público necesita un proyecto de vida colectivo, compartido, laico, respetuoso con los diferentes credos, culturas y tradiciones pero justo en la distribución de oportunidades y recursos. Debatir y clarificar qué idea de escuela tenemos- queremos, es debatir de ciudadanía, de justicia, de la igualdad como principio cívico, de la asunción de la diversidad y la diferencia como hecho incontestable, de equidad, de convivencia, de cohesión social
En nuestra práctica docente la dimensión ética parece un tanto olvidada y ello puede ser un obstáculo para la práctica de un servicio público educativo de calidad, por lo que sería bueno dotarse de principios deontológicos o criterios éticos que orienten la actuación docente. Para que haya mejora, es preciso modificar simultáneamente el pensamiento, la cultura, el discurso, las actitudes y la práctica profesional.
La profesión educativa es compleja, poliédrica, difícilmente delimitable y casi de imposible regulación total por normativas, dado que lo ético y lo jurídico, no son plenamente coincidentes. Por su propia naturaleza, el trabajo docente tiene un gran componente de autorregulación ética porque la mayor parte del tiempo de su actividad, el docente está sólo con sus alumnos. De ahí deriva la necesaria confianza y reconocimiento social de la profesión porque se les confían funciones de extraordinario valor para la colectividad y se espera de ellos que, en el desempeño de su profesión prime la orientación a la excelencia profesional.
Es evidente que en todas las organizaciones existen personas que identifican las metas del servicio con excelencia profesional, pero junto a estas, también existen quienes pueden estar en puesto de trabajo equivocado o inadecuado, o a quienes les molestan las iniciativas que exigen mayor dedicación al trabajo y que nunca están dispuestas a dar de sí todo lo que podrían. En el servicio educativo, afortunadamente, el porcentaje mayor es el de la primera categoría, no obstante los pocos otros se notan mucho o más.
"... A los docentes les concierne también este imperativo de actualizar los conocimientos y las competencias. Organizar su vida profesional de tal forma que estén en condiciones, e incluso que tengan la obligación de perfeccionar su arte y de aprovechar las experiencias realizadas en las distintas esferas de la vida económica, social y cultural. Jacques Delors.
Si aceptamos de partida esas afirmaciones deberemos reconocer, desde el plano deontológico, que nos cumple respecto de nuestra profesión en el ámbito de la formación continua una serie de obligaciones tales como
La dedicación al trabajo docente con conciencia del servicio que se presta a la sociedad.
Promover el desarrollo profesional con actividades de formación permanente y de innovación e investigación educativa, teniendo en cuenta que esta cuestión constituye un deber y un derecho del educador. No sólo en su actividad individual sino también en su proyección hacia los demás formando claustro o equipo.
Contribuir a la dignificación social de la profesión docente y asumir de forma correcta las responsabilidades y competencias propias de la profesión.
Defender y hacer respetar los derechos inherentes a la profesión educativa
Mantener una actitud crítica y reflexiva permanente hacia la propia actuación profesional, para garantizar un constante perfeccionamiento en todas sus actividades profesionales.
Y ello se produce cuando la planificación y puesta en práctica de las actividades de formación continua, permanente y colaborativa de los proyectos de centro e intercentros es una acción compartida por todos.
El funcionamiento de los centros requiere de la concertación de voluntades y del trabajo conjunto y articulado de todos cuantos integran la comunidad educativa. La materialización de todo proyecto innovador, depende, en gran medida, de la implicación y compromiso del profesorado, no sólo como profesional individual sino como miembro de una corporación - institución educativa. El individualismo de los profesores, producto de una deficiente socialización profesional genera un peculiar funcionamiento de los centros y tal vez sea el mayor problema para abordar el necesario desarrollo institucional.
La innovación, el progreso educativo se produce cuando planificadamente, previo diagnóstico democrático, fijación conjunta de objetivos, y mediante procedimientos consensuados, se modifica la concepción de la educación, la praxis educacional, la forma de enseñar a los alumnos, las relaciones interprofesionales de los profesores, la organización, el funcionamiento del centro etc. Pero sobre todo se produce cuando se genera la actitud de apertura a procesos nuevos y se normaliza, se asume e institucionaliza como propia la cultura del desarrollo organizacional por responsabilidad social corporativa y de servicio a la ciudadanía.
A los profesionales de la educación nos toca definir como podemos; o mejor, como queremos participar; en el proceso de innovación educativa. Podría servirnos a título orientativo, siguiendo a L. Appley, alguna de estas opciones:
¿Como esos que hacen que las cosas sucedan?.
¿Como a esos a los que les suceden las cosas?
¿Como esos que contemplan como las cosas suceden?
¿Como esos que ni se dan cuenta de que las cosas suceden?
Todos podemos adoptar una posición de espectadores, ver como deviene el futuro, como suceden las cosas, ser un barco a la deriva, o por el contrario, querer participar en la construcción de futuro o ser parte de la tripulación que quiere llevar el barco a buen puerto.
La calidad de la educación pasa, ineludiblemente, por el papel y la contribución de un agente educativo básico, el profesor, en una escuela como organización que enseña y aprende a través de la dinámica de innovación educativa.
Ahora bien la innovación no se inocula, ni se prescribe, ni puede llevarse a cabo por mandato imperativo; la innovación requiere de unas determinadas condiciones
La necesidad de una cultura escolar donde, los profesores tienen expectativas comunes, sentido de pertenencia a la comunidad y al centro, donde se cultiva el trabajo colectivo, de equipo y colaborativo.
Ha de estar centrada sobre problemas y necesidades sentidas en las escuelas por los profesores, por los alumnos; es decir, enraizada en los centros escolares y conectada con líneas y proyectos de innovación del entorno educativo y responder a las demandas de la sociedad.
Debe permitir a los profesores adquirir competencia, conocimientos y habilidades pedagógicas a partir de diferentes fuentes; una, muy importante, su propia experiencia sometida a contraste, análisis, reflexión, experimentación y evaluación.
Debe contar con un potente y activo liderazgo de los equipos directivos
A partir de la práctica de mejora educativa, de innovación en el seno de los centros, en numerosos centros surge la necesidad de disponer de mecanismos que faciliten intercambios de información de prácticas eficientes, o de intercambio para dar respuesta a nuevas necesidades o problemas parecidos. A partir de esa situación se trata de establecer las conexiones que permitan crear una red de intercambio de información, de materiales, de recursos didácticos y educativos que no desaproveche ninguna de las experiencias de éxito demostradas ni repitan prácticas docentes fracasadas.
Se trata de no inventar cada día la pólvora o la rueda y por ello, nos organizamos en una red que aprovecha todas las sinergias del sistema, alternativa al aislamiento al que lleva la fragmentación de las estructuras educativas, una nueva forma de aprender entre iguales.
La autonomía pedagógica no puede entenderse sin interdependencia, trabajar en redes educativas, hoy, es una exigencia, supone tener una visión global del hecho educativo e implicación en la educación, como proyecto colectivo de ciudadanía; supone que cada maestro asume su responsabilidad individual y colectiva, con el servicio público de educación.
La red educativa supone valor añadido al conjunto de escuelas de la misma localidad o zona, comarca, además sirven para generar opinión positiva sobre el rol profesional y reconocimiento social de la función docente.
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El que quiere hacer una cosa, encuentra la manera.
Quien no quiere hacer nada, encuentra la excusa.
Proverbio Árabe
Si nunca pensamos en el futuro,
jamás lo tendremos.
Jhon Galsworthy


Manuel Avila Cañadas. Inspector de Educación

3 comentarios:

jcomrico dijo...

Gracias Manolo, esperamos seguir contando contigo. También de forma presencial

Anónimo dijo...

Agradezco también la participación de Manuel Ávila en este proyecto.

Tuvimos la oportunidad de escucharlo hace dos cursos en Cheste y en aquel momento sus palabras tuvieron también el mismo efecto: el de invitar a la reflexión.

En esta ocasión, podemos encontrar en ellas la justificación del nacimiento de esta experiencia, La Escuela en Red:
- Promover desde la base actividades de formación con proyección grupal, que sean motor aglutinador de grupo, siendo, simultáneamente, fuente de conocimiento.
- Mantener una actitud crítica y reflexiva en nuestra práctica con el fin de que exista un renovado perfeccionamiento, obligado y necesario desde un punto de vista profesional y ético.

Esperamos que esta experiencia crezca, se enriquezca y, siguiendo con sus palabras, podamos contribuir hacia una escuela laica, respetuosa hacia los diferentes credos, culturas y tradiciones, justa en la distribución de oportunidades y recursos. Una Escuela que sea capaz de incentivar el aprendizaje en sus alumnos y que les proporcione experiencias que sean las que inicien y fundamenten su desarrollo personal futuro.

Mis mejores deseos para todos.

Anónimo dijo...

Resulta muy gratificante que desde la Inspección educativa también hayan profesionales comprometidos con la EDUCACIÓN y no sólo con la mera Gestión de Recursos.

Gracias a Manuel Ávila por su gran aportación a esta incipiente escuelas en red (o red de escuelas, como él la llama).
Toda su aportación está llena de contenido para que reflexionemos y, desde luego, lo consigue.

Yo también considero que lo peor que nos puede pasar a los profesionales de la educación es creer que "ya lo sabemos todo" porque estamos ya unos cuantos años dedicados a ello.

Me parece fundamental la idea que planea por casi todo su artículo refiriéndose al concepto de COLECTIVO. No podemos trabajar individualmente en nuestra aula por muy bien que lo hagamos)y olvidarnos que formamos parte de un engranaje que es la comunidad educativa de cada centro.

Gracias de nuevo y esperamos contar con sus aportaciones.

Rosaura Tarín